COSTO IDA Y VUENTA FULL DAY (10HORAS)
S/. 260.00
La playa de San Pedro se encuentra ubicada en el distrito
Ecologico de Lurin a la altura del km 40 de la carretera
panamericana sur.
Esta playa presenta dos hermosas islas.
La Isla. Se hallan frente a la playa, vistas a la distancia
asemejan la cola y el lomo de una gran ballena blanca.
La más grande, conocida como Isla Pachacámac, presenta
una cota superior de 108 msnm. La pequeña es conocida
como Peñón Pachacámac.
Estas islas son representativas, puesto que a partir de ellas
se pueden empezar a observar las primeras agrupaciones
de los denominados pingüinos de Humboldt.
LEYENDA DE LA ISLA
Cuenta esta leyenda que en épocas prehispanicas vivía en el valle de Lurin una hermosa muchacha, de la cual se había enamorado el dios Curinaya Wiracocha, quien dentro de sus excentricidades tenia por costumbre aparentar ser un pordiosero en las reuniones de los dioses hecho por lo cual lo apodaron el "Piojoso". Siendo un día que Curinaya observaba a la linda muchacha, sin atreverse a confesarle su amor por temor a ser rechazado, decide convertirse en colibrí y dejar su semilla de vida en un fruto de lucuma , del cual comió esta muchacha y en seguida quedo embarazada.
Con el tiempo el niño creció y al cumplir 2 años ya la madre decidió que su hijo debía tener a su padre, es entonces que convoca a una reunion a los dioses para encontrar al padre de su hijo. Ya en la reunion los dioses le dijeron a la madre como haría para saber quien era el padre del niño, entonces a la muchacha se le ocurrió que el niño por instinto debía saber, así que lo dejó en el suelo para que el hallara a su padre, acto seguido el niño se fue acercando lentamente al "Piojoso" Curinaya Wiracocha, es así que la madre sorprendida por este hecho y dándole vergüenza agarra al niño y sale corriendo de la reunión no dándose cuenta que Curinaya Wiracocha se había transformado en su verdadera apariencia, un hombre fuerte y hermoso. Luego de que la nuchacha saliera con su hijo de la reunión Curinaya salió a buscarlos, llegando ya muy tarde cuando la muchacha en su desesperada corrida se había adentrado al mar y se había ahogado con su niño y esos serían los dos islotes, el más grande la mama y el más chico su niño que Curinaya Wiracocha después habría convertido en piedra para inmortalizarlos
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